Cómo mejorar la adaptación a la CPAP y dormir bien
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es un trastorno del sueño que afecta a millones de personas en todo el mundo y que se caracteriza por interrupciones repetidas de la respiración durante la noche. Estas pausas respiratorias no solo provocan somnolencia diurna, irritabilidad y dificultad para concentrarse, sino que también aumentan el riesgo de hipertensión, arritmias, accidente cerebrovascular y enfermedad cardiovascular.[1]
El tratamiento de referencia para la AOS moderada y grave es la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP, por sus siglas en inglés). Utilizada correctamente siguiendo las indicaciones del médico, la CPAP puede restaurar un sueño más reparador, reducir la somnolencia y los ronquidos y, en definitiva, mejorar la calidad de vida en salud.[1]
Sin embargo, para algunas personas, la adherencia al CPAP sigue siendo un desafío. Muchos pacientes lo usan de manera intermitente o abandonan el dispositivo por incomodidad, sequedad nasal, claustrofobia o ruidos.
En este artículo, encontrarás algunas recomendaciones prácticas y basadas en evidencia para aumentar el uso diario de tu CPAP, mejorar el confort e incrementar tu descanso nocturno.
Ajusta la mascarilla correctamente
La mascarilla es la parte más importante del tratamiento con la CPAP y también la fuente más frecuente de molestias. Una mascarilla que queda demasiado apretada puede causar marcas en la piel, dolor o sensación de presión, mientras que una demasiado floja provoca fugas de aire y ruidos que interrumpen el sueño.
Por ello, es crucial que encuentres el ajuste adecuado.
Recomendaciones
- Solicita ayuda a tu profesional sanitario de referencia. Nuestros técnicos te ayudarán a evaluar el tipo de mascarilla que mejor se adapta a tu rostro y a tus necesidades. Por ejemplo, nasal, buconasal o gafitas.
- Ajusta las correas de forma gradual. Lo ideal es que no estén ni muy flojas ni muy tensas. Busca la presión justa que selle la mascarilla sin incomodar.
- Si es necesario, prueba distintos modelos. Hay mascarillas de gel, silicona o híbridas que pueden aumentar la comodidad.
Usa la función de rampa si tu CPAP la tiene
Es posible que tu médico te haya prescrito una CPAP que incluye una función de rampa. Esta opción permite empezar con una presión más baja e incrementarla gradualmente hasta la presión prescrita por tu médico.
Usar una rampa facilita la adaptación[2], especialmente en pacientes que sienten dificultad para exhalar utilizando la presión prescrita desde el inicio.
Recomendaciones
- Activa la rampa cada noche durante los primeros días de uso.
- Ajusta el tiempo de rampa según tu comodidad, generalmente recomendamos entre 5 y 30 minutos.
- Si sigues teniendo dificultades, consulta con tu especialista para ajustar la presión inicial de forma temporal.
El uso de la rampa ha demostrado disminuir la sensación de claustrofobia y la ansiedad inicial, aumentando las horas de uso efectivo del CPAP.
Mantén el equipo y fungibles limpios y en buen estado
La higiene del CPAP es fundamental tanto para la salud respiratoria como para mejorar la adaptación. Una máquina sucia o con filtros obstruidos puede provocar irritación, infecciones respiratorias o sequedad nasal.
Recomendaciones
- Lava la mascarilla, el tubo y el humidificador a diario, utilizando agua tibia y jabón neutro.
- Cambia los filtros según las indicaciones del fabricante.
- Revisa periódicamente el estado del tubo y la mascarilla; los materiales dañados deben reemplazarse.
Introduce cambios graduales
Si eres nuevo en el CPAP o si has tenido problemas previos de seguimiento, puedes probar de usarlo de manera in crescendo desde el primer día. Los especialistas recomiendan incrementar progresivamente el tiempo de uso.
Recomendaciones
- Día 1-2: 1-2 horas durante la siesta o antes de dormir.
- Día 3-5: 3-4 horas continuas por la noche.
- Día 6-10: toda la noche.
Si no te acostumbras, empieza utilizando la CPAP gradualmente durante el día. Primero, llevando la máscara periodos breves, como cuando estés mirando la TV o descansando. Después, cuando te hayas acostumbrado, conéctala con la máquina en marcha, incrementando su uso progresivamente.
Esta estrategia ayuda al cerebro y al cuerpo a adaptarse a la presión y a la sensación de la mascarilla, aumentando la tolerancia.
Usa la humidificación si tu CPAP tiene
La sequedad nasal, irritación de garganta y congestión son causas frecuentes de abandono del CPAP. La humidificación integrada o el uso de humidificadores independientes pueden reducir estos efectos.
Recomendaciones
- Ajusta la temperatura del agua según tu confort. Prueba distintas configuraciones para encontrar la ideal.
- Utiliza agua destilada para evitar depósitos minerales y bacterias.
- Limpia diariamente el depósito de agua.
Crea un entorno favorable para dormir
Incluso con una CPAP, los buenos hábitos del sueño son clave. Un dormitorio oscuro, silencioso y fresco mejora la calidad del descanso y favorece la tolerancia al dispositivo.
Recomendaciones
- Evita pantallas y luz intensa al menos 1h antes de dormir.
- Mantén una temperatura de 18-20 ºC en el dormitorio.
- Reduce ruidos externos con tapones o máquinas de ruido blanco.
Involucra a tu pareja o familia
Los familiares pueden influir en el uso del CPAP, ya que factores como el ruido del dispositivo y problemas de intimidad pueden desalentar su uso.[3]
Por ello, el apoyo de familiares puede ser un factor motivador importante para utilizar la CPAP. Explicarles las funciones y cómo les beneficia a ambos puede reducir tensiones y facilitar el uso diario.
Recomendaciones
- Pide ayuda para colocar la mascarilla si tienes movilidad limitada.
- Comparte los beneficios que observes. Por ejemplo, menos somnolencia, mejor humor o mayor energía.
Control y seguimiento regular
Las visitas periódicas al neumólogo y la revisión del tratamiento con la CPAP (horas de uso, fugas, eventos respiratorios), especialmente al inicio de la terapia, permiten ajustar el tratamiento y solucionar problemas antes de que se conviertan en barreras para la adaptación.
Recomendaciones
- Si es necesario, solicita ajustes de presión, mascarilla o humidificación según tus sensaciones.
- Revisa los reportes de tu CPAP para identificar patrones de interrupciones o fugas.
Considera adoptar hábitos saludables
En algunos casos, complementar la CPAP con cambios en hábitos de vida (perder peso, evitar alcohol y tabaco) potencia los beneficios y facilita el seguimiento de la terapia.
Ejemplos de hábitos
- Fisioterapia para mejorar la ventilación pulmonar, el intercambio de gases, la función respiratoria y disminuir la disnea.
- Evitar alcohol y sedantes antes de dormir.
- Mantener un peso saludable mediante dieta y ejercicio regular.
La CPAP es la terapia de referencia para tratar la apnea obstructiva del sueño, pero su efectividad depende directamente del seguimiento que hagas de la prescripción del médico. Ajuste adecuado de la mascarilla, uso de rampa y humidificación, higiene del equipo, progresión gradual, entorno favorable, apoyo familiar y seguimiento regular son algunas de las recomendaciones para aumentar el tiempo de uso y mejorar la calidad del sueño.
Adoptar estas medidas no solo optimiza el tratamiento de la AOS, sino que también reduce la somnolencia diurna, protege la salud cardiovascular y mejora la calidad de vida.[1]
Más información
Cómo evitar los efectos secundarios de la CPAP. Enlace
Vuelta a la rutina: cómo cuidar tu sueño tras las vacaciones. Enlace
[1] Mediano, O. et al. Documento internacional de consenso sobre apnea obstructiva del sueño DOI 2022; Vol. 58. Issue 1. pages 52-68. Enlace
[2] Salepci B, Caglayan B, Kiral N, Torun Parmaksiz E, Sener Comert S, Aktin Gungor G. CPAP Adherence of Patients With Obstructive Sleep Apnea. Respiratory Care. Vol 58 N 9 (2013). Enlace
[3] G. Rapelli et al., Improving CPAP adherence in adults with obstructive sleep apnea syndrome: A scoping review of motivational interventions, Front. Psychol., vol. 14, 2023. Enlace