¿Cómo dormir bien en verano cuando tienes FPI?
Dormir es un elemento básico en la salud de las personas porque ayuda a regular, reposar y reparar el organismo. El sueño permite que el cerebro pueda reiniciarse y funcionar correctamente. Además, tiene un papel muy relevante en el sistema endocrino e inmunitario y nos protege de amenazas externas, como los problemas de salud mental y otras enfermedades.
Hay diversos factores que pueden influir en el sueño. En el caso de la Fibrosis Pulmonar Idiopática, estos pueden ser fisiológicos, relacionados con la propia patología, y psicológicos, como la ansiedad y la depresión[1]. Además, debemos sumarle los factores ambientales que también pueden afectar la calidad del sueño como son el ruido, la luz y la temperatura ambiental.
En verano, es evidente que la temperatura ambiental es uno de agentes externos más determinantes en la calidad del sueño. A medida que la temperatura sube, una mayor temperatura corporal hace que el cerebro genere menos melatonina, la hormona responsable del sueño y aumente la frecuencia cardiaca y respiratoria, así como la sudoración. [2]
Recomendaciones
Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar el descanso en verano?
- Lo ideal sería mantener la temperatura ambiente de la habitación entre los 24 y 25 grados para ello podemos:
- Abrir ventanas y balcones durante las primeras horas de la mañana y durante la noche y mantenerlas cerradas (incluyendo las persianas) en los momentos de más calor.
- Si dispones de aparato de aire acondicionado, es muy recomendable ponerlo en marcha al menos una hora antes de acostarse para que el ambiente sea más fresco.
- Si utilizas ventilador lo ideal es colocarlo de manera que haya circulación de aire, pero que no te enfoque directamente.
- Es recomendable apagar y desconectar los aparatos eléctricos no necesarios, ya que desprenden calor y aumentan la temperatura de la habitación
- Es muy recomendable dormir ligeramente incorporado, ya sea con almohadas o con camas articuladas para facilitar la respiración.
- Si notas sensación de ahogo al despertar, cuando te incorpores siéntate inclinándote hacia delante, ya que en esta posición puede entrar más volumen de aire en los pulmones.[3]
- Una buena higiene del sueño es fundamental y para ello debes procurar ir a dormir siempre a la misma hora. El cuerpo acabará acostumbrándose y se preparará para el sueño.
- Realiza alguna actividad tranquila y relajante antes de dormir.
- Cena ligero y al menos dos horas antes de ir a dormir.
- Evita tomar estimulantes como te o café, horas antes de acostarse.
- Se desaconseja el uso de pantallas con luz azul, como móviles y tabletas antes de ir a dormir, porque esa luz interfiere en la conciliación del sueño.
Recuerda: Este contenido no sustituye el diagnóstico realizado por un profesional sanitario. Ante cualquier duda sobre el mismo, dirígete a tu profesional sanitario. Se trata de una publicación de carácter orientativo y divulgativo, por lo que no debes someterte a tratamientos ni seguir consejos sin dirigirte antes a un profesional sanitario.
Referencias:
[1] Dobson, Linda, et al. “Higiene del sueño en pacientes con enfermedad respiratoria crónica.” Nursing (Ed. española) 36.6 (2019): 54-58
[2] Martínez-Nicolás, A y Blázquez-Manzanera, A. “La hora de nuestro cuerpo. Monitorización ambulatoria circadiana” en Revista Eurobacteria n33. (2015): 22-28
[3] Dobson, Linda, et al. “Higiene del sueño en pacientes con enfermedad respiratoria crónica.” Nursing (Ed. española) 36.6 (2019): 54-58